¿POR QUÉ SER CIENTÍFICO?

Si hay algo que mueve a este mundo es la curiosidad y la pasión que ponen muchas personas en su anhelo de conocer e interpretar, por qué razones ocurren las cosas. Es esta sed de conocimiento, lo que hoy día permite que por ejemplo, esto que está escrito, se haya realizado en un artefacto cuya existencia era inimaginable en décadas pasadas. Lo que conocemos, vemos y usamos hoy, es la culminación de horas de desvelos, de ensayos y errores, de hipótesis refutadas y otras más comprobadas, de análisis de datos para describir un comportamiento dado, de planteamientos de métodos y procesos para alcanzar una meta: lograr un conocimiento a través de la experiencia, que sirva para un fin común.

Una vez que se hacen realidad los sueños, se permite conocer la mente detrás de la obra: es el científico quien movido por un deseo o idea, pone en marcha la mejor máquina jamás creada, su cerebro, para darle vida a lo abstracto planteado en una hoja de papel, o escrito en un tablero, de modo que, los hallazgos encontrados mediante la observación hecha, se materialicen en por ejemplo: procesos para potabilizar el agua; en una puerta que se activa con sensor de calor; en la reconstrucción a través de los fósiles, de esqueletos de animales de dimensiones y proporciones gigantescas que poblaron este mundo hace millones de años, u obtener de una planta el principio activo para un medicamento que cure muchas enfermedades.

Por esta y muchas razones más, un científico es pieza clave en la historia de la humanidad, pues sólo las mentes curiosas, inventivas, esforzadas y perseverantes, descubren métodos y herramientas con el fin de mejorar nuestra calidad de vida y nuestro entorno.

¡Qué grandioso sería que todos tuviéramos el deseo de hacer Ciencia, pues así, nuestro mundo sería un mejor lugar para vivir!